Nuestro propio Mundo

Kokoro y los camiones

Esta anécdota es de uhhh!!! Hace añales… para ser más precisa… 8 años. Así que empezare con mis anécdotas más tranquilas, para en un futuro empezar con las fuertes.

Tenía ya como 8 meses de novia con Arturo. Nuestra relación había sido poco convencional, pero nos adorábamos con locura, y sobre todo con mucha pasión.

Siempre que salíamos temprano de la preparatoria, tomábamos el camión de ruta y nos íbamos a su casa. Por lo regular su casa siempre estaba sola en las tardes, así que en ese hogar fue donde empecé a aprender todo lo que debía de saber sobre como seducir a un hombre.

Los martes eran mis días predilectos, porque esos días siempre salía temprano de clases y yo le había dicho a mi madre que salía mucho mas tarde.

Pues ese día era martes y en cuanto salí de mi salón corrí a su encuentro y nos fuimos a paso veloz a tomar el camión.

Siempre nos había gustado sentarnos en los últimos asientos, para que nadie nos molestara. Ese día no fue la excepción. Veníamos como siempre platicando de nuestras niñerías y demás, hasta que el camión entro por un camino terregoso y lleno de piedras. El camión brincaba constantemente. Nos empezamos a carcajear y por un momento nos perdimos en la mirada del otro.

Como si estuviéramos conectados empezamos a besarnos con pasión. Mucha más pasión de la que se debería de mostrar en un camión público. Una de sus manos empezó a meterse por debajo de la falda de colegiala y con la otra a acariciar mis pechos por encima de la blusa. Un gemido agudo recorrió mi garganta.

Sus largos dedos hicieron el recorrido hasta llegar a mi ropa interior. En ese entonces, eso era de lo más erótico para mí, así que ya estaba húmeda y sumamente excitada.

Mi mano juguetona acaricio su muslo y alcance a sentir su dureza. Prácticamente me relamí los labios y baje el cierre de su pantalón. Libere su extensión endurecida y mi cabeza dejo de verse por el camión. Estaba muy ocupada en lo mío, mientras el gemía y gruñía. Sin poder contenerse más, levanto mi cara, tomo mis caderas y me hizo sentar sobre él. Hizo a un lado mis pantaletas y sentí su dureza atravesarme el alma.

Tuve que morderme los labios para no gritar o gemir.

El camión nos ayudo en nuestro encuentro. Ya que esta estaba brincando constantemente, así que nos facilitaba el encuentro de nuestras caderas. Sus manos se metían por debajo de mi polo y acariciaban mis pezones suave y fuerte a la vez.

La verdad yo ya ni miraba a le gente que estaba sentada delante. Creo que no nos vieron y si lo hicieron… pues no me importo.

Lo único que si me perturbó fue:

-Ale… estamos a una cuadra de nuestra parada-

Abrí los ojos frustrada y me levante alejándome de lo que me hacia feliz.

Nos pusimos de pie y nos bajamos del camión.

Nos miramos de nuevo a los ojos… y nos atacamos de la risa. Nos tomamos de la mano y nos dirigimos a su casa, para terminar lo que habíamos empezado en el camión.

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HAHAHAHAHAHA Espero que les alegre mi pequeña experiencia.^^

Kokoro Black

NTLS Alpha