Candentes historias de Ayer y Hoy....

Vacaciones de famila

Historia contada por: Sky

Nota: Mi historia está contada estilo narración.

Eran las vacaciones escolares, llevábamos ya un año y unos cuantos meses juntos cuando llegaron de visita una tía y un primo de España. Al principio mis padres estaban reacios a dejar que él fuese con nosotros a la playa pero – después de jalaaaaar y jalar – logré convencerlos. Para mi sorpresa, mis padres no iban a ir, solo estaríamos mi tía, mi primo, él y yo… cosa que por supuesto me agrado de sobremanera: No tener a una madre encima todo el día observándote era algo de lo cual uno se tenía que alegrar, ¿a que si?

Los días estaban siendo geniales, en resumidas cuentas: muchas visitas al mar, comida hasta por los oídos, miles de fotos y noches de películas con cotufas y demás. ¿Qué más se puede esperar para unas vacaciones? Mi tía se estaba encargando de consentirnos a todos y nosotros, mi novio y yo, intentábamos por todos los medios no dárnosla de melosos para que ella no se fuese a molestar ni nada por el estilo, el máximo contacto era el agarre de manos cuando caminábamos y los besos de “buenos días” y “buenas noches” a sus respectivas horas.

Claro, eso solo frente a ellos. Pasamos la semana jugando a “Cuando nadie nos ve”, aprovechábamos cualquier momento a solas para matar las ganas de tenernos cerca, siempre discretos y muy calladitos. Una noche, no recuerdo bien porque no vimos la película, todos se fueron a acostar temprano, “incluyéndonos”, habíamos hecho un acuerdo extraño, de solo mirarnos nos habíamos entendido y a través de un mensaje de texto cuadramos la hora exacta de nuestro encuentro nocturno.

La casa donde nos quedábamos tenía tres plantas, la primera el estacionamiento; la segunda los cuartos: y la tercera la cocina, sala y una gran terraza. A las 2:00am me encontraba parada, en mi pijama de camiseta y short, en la cocina. Por supuesto mega nerviosa y ansiosa al dame cuenta que el no llegaba.

Mis miedos se disiparon cuando lo vi entrar a la cocina sin camisa – cosa que claro no me paso por alto – sonrió abiertamente al verme y sin esperar mucho más me plasmó uno de esos besos que te alborotan no solo “maripositas” sino también águilas y cualquier cosa gigante que vuele dentro del estomago. La sesión de besos duró su buen rato, acompañada de caricias que iban y venían de un lado a otro. En el proceso había quedado yo sin camisa y ambos jadeando de la excitación.

Todo estaba en sumo silencio, mi lengua danzaba con la suya a un ritmo frenético y sus manos recorrían mi cuerpo como memorizándolo por completo, pasaba de mis senos a mi zona baja en segundos y mis gemidos comenzaban a ser más altos de lo que deberían para no despertar a los “bellos durmientes” de la casa.

- ¡Nene baja la voz! – Me dijo al tiempo que seguía tocándome los senos, pellizcando y masajeando aquí y allá – nos van a descubrir.

- y va a ser por tu culpa… yo creo que no deberíamos… - dije tomando sus manos para que paráramos – en serio no quiero problemas.

- affs… tranqui que nadie va a saber – sonrió y se soltó de mi agarre para ser él quien me jalase por la cintura pegándome a su cuerpo. Debo admitir que el siempre logró convencerme de una u otra manera… era como si supiera que hacer para que yo actuara de tal y cual forma. Esta vez solo tuve que sentir su miembro a través de los pantalones que tenia de pijama para ponerme a mil, si nos iban a ver... ¡que nos vieran y al demonio con lo demás!

No teníamos protección por lo que se nos dificultó mucho pensar en pasar a las ligas mayores, soy mega nerviosa y a mi edad lo que menos quería era un susto con algo tan delicado como eso. Decidí darle un... “Besito” a su… sin pena ni tapujos me arrodillé aprovechando para besar sobre el pantalón aquel bulto inusual que sobresalía. Bajé poco a poco la poca ropa que tenía él puesta y sin mucho preámbulo me dedique a besar, lamer y mordisquear suavemente el miembro de mi novio.

Más rápido que inmediatamente comencé a notar los frutos de mí esfuerzo… pequeños gemidos de su parte, una de sus manos tomando mi cabeza para profundizar el movimiento y la otra agarrando fuertemente el mesón de la cocina. Luego de un rato con mi mano dirigí el movimiento mientras que con mi lengua tracé círculos en la punta del compañerito de mi novio. Sus músculos se tensaron, su miembro se hinchó mucho más y entre unos cuantos “aahh” y “nnee..neee…” noté como un liquido espeso y caliente brotaba de él.

Justo cuando nuestras respiraciones volvieron a la calma y él se disponía a regalarme un momento tan placentero como el que yo le había dado a él escuchamos ruidos en la parte de abajo, corrimos y nos lanzamos al sofá encendiendo la Tv al momento. Mi tía no tardo en subir y nos halló sudados y un poco despeinados pero viendo la tv como cualquier otra noche.

Nos dedicó una sonrisa, buscó un vaso de agua y volvió a bajar a los dormitorios. Nunca supimos si nos había escuchado o no, el hecho es que no nos lo había dicho y nosotros tampoco es que quisiéramos saberlo. Ese día no pudimos continuar nuestro “encuentro nocturno” ya que los nervios nos mataban a ambos, pero por supuesto nos quedaba una semana más para hacer desastres y si su imaginación da para un poco podrán tener algunas ideas de cómo nos divertimos el resto de los días.

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Nenas es la primera vez que cuento una anécdota por lo que ustedes tiene la primicia x) No es el Leeeeeeemmmon del siglo, más bien es suave, pero bueno... De la practica se hace el maestro ¿a que sí?

Diganme que quito y que pongo, que tal quedó!!! ^^

Espero sus comentariooos...