NO hay lemmon en estos primeros caps! Repito: NO HAY LEMMON! (jajaja, como siempre escribo hot, advierto cuándo no) :P
Te adoro en serio, Joy! Muy feliz cumple!
Disclaimer: La mayoría de los personajes son de Stephenie Meyer, y muchos otros son mis versiones de ustedes, mis NTLS! Jajaja!
Summary: Somos el clan latino, y Joy está por cumplir años... hay que organizarle una fiesta, pero a quién podemos invitar??? (adivinen!)
Capítulo I: “Las Presentaciones Lobunas”
Por supuesto que era imposible hacerle una “fiesta sorpresa” a un vampiro. Claro que nos olería y escucharía antes de siquiera acercarse a la casa. Pero no era como si todos fuéramos a saltar de detrás de los muebles gritando “sorpresa!!!” al unísono, cualquier vampiro con una pizca de lógica sabía que nunca sería inesperado. Nuestro concepto era ligeramente diferente: todo lo que pretendíamos era que Joy no supiera exactamente cómo sería la fiesta. Todo lo que podíamos rogar, era que no se le diera por preguntar quiénes vendrían y qué haríamos.
Aunque esa era otra de las razones por las que nos habíamos repartido las tareas de ese forma. Ninguna de las chicas tenía permitido comentarnos a las otras, ningún detalle de la parte de la organización que le correspondía. Así, si Joy atrapaba a una de nosotras, no sería mucha la información que recolectara.
A esta altura, y según las vagas explicaciones de Kokoro, los invitados llegarían en menos de cuatro horas. Y nosotras seguíamos sentadas en el sillón simulando ver una película. Claro que cuatro horas era tiempo de sobra para preparar la casa y las decoraciones que –asumo- Robin ya habría conseguido… Si tan sólo pudiéramos sacar de en medio a Joy de una buena vez. Estar ahí sin hacer nada me estaba volviendo loca. Bueno, supongo que ya no es tiempo para sutilezas. De todas formas, ya debe sospechar que nos traemos algo entre manos.
- Joy… -hablé intentando que la duda no se mostrara en mi voz.
- ¿Si? –Ni siquiera apartó la vista de la pantalla del televisor al contestar.
- Creo que deberías salir de la casa un rato…
- ¿Para qué? – ¡Diablos! ¡Que tonta! No lo pensé bien. Debería haber inventado una excusa antes de abrir mi bocota. Tragué en seco y abrí la boca, pero no me salió ni una sílaba.
- ¡Ya veía yo que había algo raro! Dime que es lo que traman, Naty.
¡Hay, no! ¡Las chicas iban a matarme!
- Bueno, las chicas y yo estábamos pla-
Una mano salió de la nada y me tapó la boca. ¡Gracias al cielo! Había estado a punto de arruinarlo todo. Por suerte, Kokoro solía pensar más rápido, así que la santa intervino.
- Es que tus ojos están casi negros, Joy. Creemos que deberías salir a cazar. Naty y yo lo hicimos ayer, pero como tú estabas ocupada… debes tener mucha sed.
Joy se mordió el labio. No nos creía ni una palabra, eso era obvio, pero seguro había entendido lo mucho que queríamos esconderle lo que pasaba. Sabía que nunca le ocultaríamos algo si no fuera importante para nosotras.
- Mmm… bueno, supongo que podría cazar un poco. -Levantó una ceja- ¿A qué hora creen que tendrán todo listo para que vuelva?
Todas suspiramos al unísono y bajamos la mirada. Robin, que seguía sentada en el sillón comiendo palomitas, fue la que contestó.
- Que llegaras a eso de las nueve de la noche sería perfecto, Joy… Gracias!
Joy nos dio un beso en la mejilla a cada una y se acercó a la puerta.
- No se porqué no me dijeron que planeaban una fiesta, las hubiera ayudado. –se rió y salió de la casa antes de que cualquiera de nosotras recordara cómo formular una palabra completa.
En cuanto se fue, nos apresuramos a colgar las guirnaldas y las demás decoraciones. Todo tenía un gótico color negro, con algunos detalles grises. Justo como le gustaba. Combinaban los manteles, las cortinas, los adornos y todo lo que estuviera a la vista. Robin ciertamente se había esmerado mucho. Tulipanes blancos pasaron a cubrir la habitación, levantando un poco el ambiente. Todo negro sería lindo para Joy, pero no me parecía que fuera el color adecuado para festejar. Más bien parecía una casa de sepelios. Y bien podría serlo, había “muertos” de sobra.
Así que al cabo de más o menos tres horas, todo estaba listo para recibir a los invitados. Verificamos que todo estuviera en su lugar, que la comida estuviera perfecta – en eso tuve que tomarles la palabra a Koko y a Ro-, que la música se escuchara en el fondo, pero no molestara para hablar y todos los demás detalles que probablemente nunca nadie notaría. Estaba por chequear que el olor de las flores no fuera demasiado empalagoso, cuando un horrible hedor me llegó de repente. Era irritante y muy molesto. Arrugué la nariz, sólo recordaba un efluvio que fuera tan desagradable.
Miré a Kokoro cuestionándola y sólo se encongió de hombros. No parecía arrepentida en absoluto.
- Bueno, ¡es una de mis mejores amigas! Tenía que invitarla. Además… tú también la adoras, no lo niegues. –me señaló con el dedo.
- No lo niego, el hecho de que sea una loba no quita el que sea una buena persona la mayor parte del tiempo. Pero no es Adri la que me llama la atención que hayas invitado. Lo que me sorprende son los otros.
- ¿Qué otros?
- No lo notas ¿no? No vino sola, trajo a alguien más. –Mer intervino, aclarando que también notaba que era más de un licántropo.
- Cuatro, quizá cinco… si no me equivoco. –agregué olfateando el aire, muy a mi pesar.
- No sabía que fuera a traer a alguien más… pero si Adri los invito, de seguro son amigables.
¿Cómo podía estar tan segura? No tengo la menor idea. Pero lo estaba, y eso me tranquilizó un poco. De todas formas, en cualquier momento llegarían más vampiros, lo que inclinaría la balanza de nuevo a nuestro favor si algún lobo decidía revelarse.
Tres golpecitos se escucharon en la puerta. Kokoro se acercó y la abrió de par en par. Tanto Robin y Mer, como yo, nos quedamos atrás. Desde nuestras posiciones no se veía quién era, pero todas estábamos atentas.
Kokoro`s POV
¡Hay, Dios! No lo podía creer. Supongo que la figura borrosa que había tocado la puerta era Adri, pero todo lo que podía ver era el chico alto y moreno que estaba detrás, mirándome directamente a los ojos. Casi me caigo al piso del asombro. No sabía que se fabricaran de ese tamaño… y con esos músculos. Mi mandíbula estaba por el piso. Esos ojos oscuros y llamativos parecían más profundos que el mar mismo.
Algo se movió delante de mi cara, debía enfocar la vista. Pestañeé seguido para recuperar la compostura. Era una mano. Adri intentaba llamar mi atención. Me aclaré la garganta, el tipo me había dejado sin habla.
- ¡Hola! –logré decir, al tiempo que intentaba arrancar mi mirada de ese hombre. Pero lo único que logre, fue bajarla desde sus ojos a su pecho. El exhibicionista no tenía piedad, iba medio desnudo. Me quedé como boba hipnotizada mirando sus pectorales. Finalmente Adri me empujó un poco y mis ojos volvieron a sus cuencas. Los enfoqué en su cara. Estaba muy linda.
- ¡Adri! ¡Estás hermosa! –La abracé y le di un beso en la mejilla. Me hice a un lado para que pudieran pasar. Eran cinco chicos. El asombrosamente excitante se me acercó sonriendo y presentándose. Esa era, por mucha diferencia, la sonrisa más linda que hubiera visto jamás.
- Hola, soy Jake. –me tendió la mano y se aclaró la garganta cuando todo lo que hice fue mirarla embobada. La tomé, estaba más que caliente. En mil y una formas.
- Soy Kokoro. –lo susurré.
- Un placer conocerte… -también lo dijo en voz muy baja. Y luego siguió más alto- Ellos son Quil, Paul y Seth, de mí manada… y Anvil, de la manada de Adri.
Todos saludaron con la mano, algunos con la nariz arrugada. No los culpaba, me sorprendía que se mostraran tan amigables.
- Koko… -me llamó Mer.
- ¿mmm? –todavía no me sentía capaz que formar una frase coherente, así que ni lo intenté.
- Ya le puedes soltar la mano. –Murmuró a mis espaldas. ¡Hay! ¡Que pena! Miré nuestras manos, y sí… todavía estaban juntas, en lo que de seguro sería el saludo más largo de la historia. Me sonrojé y la solté en cuanto recordé cómo mover los músculos.
Miré a Naty. Estaba que echaba humo por las orejas. Por un momento me molestó, ¿por qué debería enojarse? Solo lo estaba mirando. Además, era más que obvio que el tipo era el más ardiente del planeta. Pero luego me di cuenta de que no nos miraba ni a mí ni a Jake -hasta su nombre era divino-. Tenía la mirada fija en otro de los invitados. No recordé su nombre.
Seth´s POV
Jake no se movía de en medio. Estaba como embelezado por la pequeña chica que nos abrió la puerta. No estaba mal, pero tampoco podía quedarse mirándola como tonto con la boca y los ojos abiertos de par en par. No estaban solos. Si hubiera estado más cerca, le hubiera dado un codazo o algo así. Me incliné un poco para verle la cara mejor y entonces me di cuenta. El muy tonto había imprimado. Me dio gracia. Era exactamente como me lo habían contado. Se quedó mirando a la chica como un ciego que ve el Sol por primera vez.
Aunque seguro estaba exagerando. Nadie se puede enamorar tan de repente. Quizás podía gustarte, atraerte, caerte bien… pero ¿enamorarte? Eso era ridículo.
Por fin Adri los hizo a un lado y se adelantó a pasar, abrazando a todos en la habitación. Uno por uno, profiriendo gritos de alegría de vez en cuando y reclamando otras tantas que “no visitaban lo suficiente”. Como si les diéramos la bienvenida a los vampiros a nuestras respectivas reservas. La mayoría de mis hermanos no entendían que los vampiros podían ser buenos. “Seth, por más vegetarianos que sean, siempre puede haber peligros”. No se cansaban de repetirlo. Todos parecían disco rayado.
Finalmente –luego de lo que parecieron dos horas-, Jake abrió la boca para presentarnos. Yo no podía dejar de ver su cara chistosa. Estaba abstraído totalmente. Era muy cómico. Nunca creí que la imprimación fuera como la pintaban. La idea me parecía absurda.
Dijo algo que me sonó empalagoso y luego agregó “Ellos son Quil, Paul y Seth, de mí manada… y Anvil, de la manada de Adri.” Una de las vampiresas contestó y todos la miramos.
- Hola, soy Mer, ellas son Kokoro, Naty y Robin.
Todas saludaron y escuché superficialmente los “¿Que tal?” y el formal “encantada de recibirlos”. Pero una voz me caló hasta los huesos. Un tímido “Hola” me quitó el aliento y casi se me rompe el cuello por voltear tan rápido la cabeza.
¡Hay, no! Era una chica con ojos chocolate y labios color rubí. Tragué en seco. Y sabía que también tendría que tragarme todo lo que había dicho sobre la imprimación. Esto no podía estar pasándome a mí. Todo lo que había creído en toda mi vida se dio vuelta por completo. Todo estaba de cabeza. Y lo único que tenía sentido en el mundo, era ella. El hecho de que yo pertenecía a donde quiera que fuera. Cuando nuestros ojos se encontraron, sentí cómo el corazón se me salía del pecho sólo para caer en sus manos, a sus pies. Era la cosa más linda que hubiera visto jamás, y no me hubiera podido resistir a ella, ni aunque hubiera querido. Era como el aire, como la gravedad.
Notó que la miraba fijo y me sonrió mientras se ponía del más adorable tono carmesí. Podía ser todavía más hermosa. Eso me sorprendió. Mis rodillas me parecieron de gelatina cuando me acerqué a paso lento para presentarme. Por lo menos debía intentar fingir que no la amaba tan desesperadamente como lo hacía. “Amaba”... hacía unos segundos me parecía una palabra tan enorme, y ahora ni siquiera me bastaba para describir lo que sentía. Pero no quería asustarla, debía comportarme. Darle espacio… pero cómo hacerlo si todo lo que quería era acortar la poca distancia que nos separaba ahora. No le di la mano por miedo a quedarme petrificado ante su roce… o peor, desesperarme y secuestrarla o algo así. Así que solo agité la mano y balbuceé una patética imitación de saludo y un “Soy Seth” casi ininteligible.
- Soy Robin. –Ella hablaba más claro. Más decidida. Y esa voz de nuevo… Era mil veces peor que el canto de las sirenas. Esta chica podría ser mi perdición si se lo propusiera. Y yo me dejaría vencer con una sonrisa en el rostro y alegría en mi corazón.
Naty´s POV
Ya, esto era el colmo. Lo de Kokoro podría llegar a aceptarlo, ella ya era adulta, y ciertamente sabía defenderse sola. Eso nos lo había demostrado en más de una ocasión. ¿¿¿Pero Robin??? Eso sí que no. ¡Ella era una bebé! Estaba a punto de ir y arrancarle la cabeza al perro Seth. Cuando Mer me tomó del brazo y me arrastró a la cocina.
- Mer, suéltame o…
- Aquí no. –Fue cortante. Yo estaba como locomotora de tren, y eso no me ayudó. Al ver que no me movía, siguió arrastrándome a la puerta trasera. Salimos y respiré hondo a pesar de no necesitarlo. Tragué la ponzoña que se había acumulado en mi boca y me crucé de brazos. Si Mer no quería que entrara a arrancarle los pedazos al perro, nunca lo lograría. Quizás fuera centrada, pero seguía siendo una neófita. Y eso hacía que fuera más fuerte que cualquiera de nosotras. La filtré con la mirada.
- ¡Ya! ¡No me mires así! Sabes que lo hice por tu bien.
Levanté una ceja.
- ¡Si! Por tu bien –remarcó-. Jamás te lo hubieras perdonado si hubieras asesinado a esos chicos.
- Pero sólo-
- ¡NO! Sabes lo que la imprimación le hace a la gente. No solo lo lastimarías a él. Ya es demasiado tarde. Creo que tu te concentraste en cómo las miraban ellos, y no creo que te hayas dado cuenta cómo los miraban ellas, pero yo si.
- Pero Robin no es más que una niñ-
- Sabes que eso no es cierto. Tiene 18 años, debemos dejarla vivir su vida.
Tragué en seco y respiré hondo. Todo lo que decía era cierto. ¿Por qué justo hoy se le había ocurrido ser lógica? ¿No se suponía que ella fuera la neófita impulsiva arranca-cabezas? Se comportaba sumamente racional, como una vampiresa de siglos en lugar de meses. Justo como yo tendría que estar comportándome ahora. Me sentí culpable.
- Pero puede lastimarla. –susurré, sonó más como una súplica.
- Aún podemos cuidarla, tiene a toda la familia a sus espaladas si algo sale mal. Además, has presenciado este tipo de relaciones antes. Todo lo que sé sobre esto lo aprendí de todas ustedes. No se puede romper el lazo que los une. ¿No quieres que Robin tenga a su alma gemela?
- Sí, pero-
- Pero nada. Separándolos, o matándolo, solo lograrías hacerlos miserables. Tanto a ella como a él. Tienes que enfrentar que el pobre chico no hizo nada malo. Solo la… ama.
La última palabra salió dudosa de sus labios. Como si temiera que me enfureciera de nuevo al escucharla. Ambas nos quedamos calladas un rato, midiendo la compostura de la otra. Mer se sentía segura y confiada. Aunque podía detectar un dejo de miedo en el aire que la rodeaba.
- De acuerdo. Vamos adentro. –Dije finalmente.
- Espera, ¿estás bien?
- Si. –No me creyó.
- ¡Kokoro, ¿podrías venir un momento, por favor?! –Sólo levantó la voz un poco. Lo suficiente para que Koko nos escuchara claro desde la casa. Yo rodé los ojos y crucé los brazos en mi pecho. La susodicha salió unos segundos después. Un poco de culpa y otro tanto de coraje emanando de su persona.
- Parece que Naty no se siente en sus cabales. –le explicó Mer.
- Me encuentro perfectamente. –repliqué.
- ¡Si! ¡Claro! –intervino Koko con tono sarcástico. Fruncí el ceño. Todo lo que dijera sería usado en mi contra. Mer continuó.
- Notó las imprimaciones de adentro y creo que quiere matar a un par de lobos.
La cara de Kokoro se descompuso, creo que se puso verde.
- ¿Es eso cierto? –me preguntó. Su rostro preocupado y sus ojos grandes a punto de entrar en pánico hicieron que me sintiera culpable. Bajé la cabeza.
- Si. –Todavía quería descuartizarlos, pero ya no me sentía orgullosa por ello. Levanté la mirada y sus ojos estaban llenos de lágrimas.
- ¿Y lo intentarás? –lo susurró, el miedo era evidente, tanto en su voz como en el aire.
- No. No voy a hacerles daño. –No creí que fuera necesario agregar nada más. Solo con decir eso sabría que no planeaba nada para lastimarlos. Un sonoro suspiro salió de sus labios.
- Gracias. –Las olas de alivio que me llegaron desde su cuerpo me abrumaron y me tranquilizaron un poco. Si sentía tanto miedo de verlo lastimado, no podía hacer nada. Nunca haría nada que lastimara a mi familia. Estas chicas lo eran todo para mí.
- ¿Ya podemos volver adentro? –preguntó Mer, tanteando el ambiente. La pregunta iba dirigida a ambas, pero Kokoro me dejó contestar para chequear mi respuesta.
- Si, ya estoy mejor. –Kokoro me sonrió y me abrazó. Solo sonreí al sentir el amor que la inundaba. Nada que la hiciera tan feliz podía ser malo. Mer rompió nuestra burbuja al olfatear el aire de manera notoria.
- Mmm… los vampiros se acercan. No tardarán en llegar mucho más de 15 minutos. Será mejor que entremos. Tenemos que explicarles a todos que estamos del mismo lado.
Ambas asentimos y nos dirigimos adentro. Seth seguía hablando con Robin, se habían sentado en el sillón y charlaban de esto y aquello. Ambos tenían una enorme sonrisa tatuada en la cara. Jacob estaba sentado en una de las sillas de los lados del sofá, moviendo la pierna como si su pie tuviera un resorte y mirando fijo hacia donde entramos. Se veía preocupado, y lo sentía muy ansioso, pero otra sonrisa se dibujó en su rostro al ver a Kokoro de nuevo, y todo lo que sentí de él, fue felicidad, asombro y amor. Era bastante tierno, si se pasaba por alto el hecho de que era un licántropo. Kokoro se sentó en el sillón, -sus cabezas enfrentadas- y también se pusieron a hablar como cotorras.
Los demás lobos se había agrupado en un círculo, todos de pié alrededor de la mesa de bocadillos. Hablaban bajo y se reían de vez en cuando. Parecía un ambiente muy agradable. Cuando entramos Adri volteó y nos hizo señas para que nos acercáramos. Lo hicimos a paso lento, humano. No queríamos sobresaltarlos, y tener que luchar con algún lobo gigante por el simple hecho de movernos muy rápido.
Creí que se mostrarían reacios a que los acompañáramos, pero el círculo se abrió en cuanto nos arrimamos, haciendo lugar para que nos uniéramos a la charla.
- Oigan, muy buena comida. -Nos felicitó uno, riéndose un poco- No sabía que los vampiros cocinaran. Temía que hubiera algún animal crudo en las bandejas, sangre en el ponche, o algo así –También nos reímos. El chico era muy ocurrente.
- Tranquilo, de eso se encargó Robin. –desvié la mirada para verla de nuevo hablando con Seth. Bueno, por lo menos no se tocaban. Eso debía ser una buena señal.
- Yo soy Quil. –Dijo después de que me quedé callada un momento- Siento lo de la imprimación… pero Seth y Jake son muy buenos chicos, ¡agradece que no te tocó Paul! –lo ultimo lo agregó entre risas, codeando al mastodonte que tenía a su derecha. –no pude evitar reírme.
- Y chicas, este es Anvil. –dijo Adri señalando con el pulgar al chico que estaba entre ella y Mer, mientras mordía otro bocado de lo que fuera que estaba comiendo. Todo parecía repugnante y pegajoso. El chico levantó la mano. A modo de saludo y asintió con la cabeza.
- Hola. –le sonreímos intentando que no se mostraran demasiado nuestros dientes.
- Bueno, ella es Naty, y yo soy Mer. No se si Adri se los explicara, pero estamos esperando a Joy. Es la cumpleañera.
Varios soltaron un par de “Ajás” con la boca llena y los ojos abiertos. Solo el que se llamaba Anvil habló:
- Joy, ¿eh? ¿Y viene alguien más, o solo la esperaremos a ella?
- De hecho, vienen en camino varios invitados más. Vampiros –agregue dudosa. Quil y Paul fruncieron el ceño, así que me apresuré a agregar- Pero todos son vegetarianos. Así que no se preocupen, nadie planea morderlos.
- Kokoro, ¿cuántos invitados faltan?
- ¿Eh? –apenas me miró. Sólo suspiré.
- Que cuántos invitados faltan.
- Ah, a ver… vienen los Cullen y-
- ¿¿¿Los Cullen??? –la interrumpió Jacob.
- Sip, ¿los conocen? –Kokoro volvió a mirarlo, cualquier cosa era una excusa para hacerlo.
Todos asintieron, hasta Seth estaba prestando atención ahora. No hubiera creído que fuera posible.
- Viven en Forks –explicó Jake- Son diferentes al resto, así como ustedes, así que mi tatarabuelo hizo una especie de trato con ellos. Ellos no matarían en nuestras tierras si nosotros prometíamos guardar el secreto de lo que eran para que pudieran llevar una vida “normal”. –Las comillas eran evidentes en su tono de voz. Tanto Mer como yo lo miramos reprobantes. Bajó la mirada y balbuceó “lo siento” a través de sus dientes.
Parecía arrepentido, y se notaba que Kokoro estaba a punto de saltarle encima para hacerlo sentir mejor. Gruñí por lo bajo, el hecho de que lo aceptara no implicaba que me tuviera que gustar. Pero un olor dulce me distrajo. Sonreí maliciosamente al tiempo que todos levantaban la vista hacia la puerta. La balanza estaba a punto de inclinarse a nuestro favor.
jueves, 17 de septiembre de 2009
Fiesta Sorpresa - Capítulo I: “Las Presentaciones Lobunas”
Publicado por Naty F. en 0:05
Etiquetas: Fiesta Sorpresa, Naty Celeste, Primer capítulo
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9 comentarios:
MASSSSS QUIERO MASSSSSSSS.. X FIN LLEGARA MI ED .. NATY ME MATAAAA LO K ESCRIBES ESTA GENIAL .. TE ADORO PRECIOSA
Neófita o no debo de cuidar de mi Naty. Ajajá con quién se emparejará.
Y lo peor con quién me emparejará?. Geniiiialll. ¡¡FIESTA!! Besotes NTLS
ahhhhhhhhh quiero q continue aaa ya se imprimo mi beba hermosa y koko q emocion!! quiero mas!!!
ahhhhhhh!!!!
LO ADORE!!! AHH NATY!!! ERES MAGNIFIKA!!!
AHHHHH!!!!!!!! YO Y JAKE!!!!!!!!
IMPRIMADOS!!!! FOREVER AND EVER!!!!!
AHHHHHHHH!!!!!! KE EMOCION!!!!!
SOY TAN FELIZ Y NO PUEDO DEJAR DE SONREIR Y GRITAR!!!!! TE AMO NATY!
ahaha que bien esta quedando bien fina la fiesta! eso kokoro y robin tienen chicos imprimados! heheheh ah Joy cuando llega?
Jajaja, me encanta!
Va a ser una fiesta genial!
Lo Amo Lo Amo Lo Amooo....
Me eennncaataa!
Kokoroo tu final perfectoooo jajajajaja xD y Robiiinnn Ni see digaa ♥
Quiiiiiero leeeeerrr mmmmaaaaas x)
AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!!! No sabes cómo me puse Natyyy!! Esto es tan maravilloso, cómo lo describiste...ahhh MI SETH!! como lo amo yo también ^^ hahahahah y a ti y atiii un millon de veces!!
Ahh,pronto llegará Joy...Feliz cumpleee JoyyYY!!
PD: gracias x no matar a Seth XD
jajajajajja estoy segura de qe kokoro y Robin son las más felices jaajjajajajja
jajjajajajajjaj aun qe se que falta para mi entrada de Diva estoy anciosaa !! jajajajajjaj
Te Adoro Divi!! escribes genial!!!
jajajajja estaba aburrida y empecé a leer los capitulos de nuevo jajajaj y me di cuenta qe no había dejado comentarios jajaja !!
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