martes, 13 de octubre de 2009

Fiesta Sorpresa - Capítulo X: “La Competencia”

Disclaimer: La mayoría de los personajes son de Stephenie Meyer, y muchos otros son mis versiones de ustedes, mis NTLS! Jajaja!

Summary: Somos el clan latino, y Joy está por cumplir años... hay que organizarle una fiesta, pero a quién podemos invitar??? (adivinen!)

Advertencia: Rating M

Nota: FELIZ CUMPLE MER!!! SORRY POR LA TARDANZA, PERO CREO QUE LLEGUÉ JUSTITO ANTES DE LAS 12 ESPAÑOLAS. TE ADORO!!!!!


Capítulo X: “La Competencia”


Mer’s POV


Este fanfarrón se iba a tener que tragar todas sus palabras. Le probaría que no era una muñequita. Podía vencerlo hasta con los ojos cerrados. Yo estaba que irradiaba rabia. Y él parecía tan relajado, tan confiado. Eso era lo que más me molestaba. Lo seguro que parecía que de que iba a ganarme. A aplastarme, mejor dicho… Pero con esta neófita no era bueno meterse. Y lo iba a entender de una forma o de otra.

- Te vales mucho de tu fuerza, no… ¿como era tu nombre? –Lo recordaba, había estado imaginándomelo sin ropa toda la fiesta, pero no quería darle esa satisfacción. Me miró por un segundo, parecía divertido por la pregunta y luego volvió la vista hacia delante, encogiéndose de hombros.

- No te preocupes, yo tampoco recuerdo el tuyo. –No me contestó-. ¿Y que vamos a hacer? ¿Arrojar piedritas a ver qué tan lejos llegan?

Asentí y le hice un gesto con la mano para que me siguiera hacia el lado opuesto al arrollo. Corrimos un par de kilómetros y luego me detuve cuando creí que estaríamos lo suficientemente lejos de cualquier tipo de civilización. Después de todo, no quería que a algún pobre desprevenido le agujereara la casa una piedra voladora.

- Creo que aquí estará bien. –Le comenté.

- Ah, bien. Creí que seguirías corriendo por siempre para evitar que te ganara, princesita.

Me hirvió la sangre y lo atravesé con la mirada. Otra vez tenía ganas de hacerlo pedazos. Apreté los puños, conteniendo la necesidad de golpearlo y le hablé a través de los dientes.

- ¿Quieres empezar tú?

Asintió y tomó una roca pequeña, como del tamaño de un balón de playa.

- ¿Cómo las distinguimos? –Me preguntó. Me acerqué y con la uña tallé un “1” en la superficie de la roca. Tomé una del piso de aproximadamente el mismo tamaño e hice lo mismo, tallando ahora el número “2”. Se rió y me dijo en tono burlón:

- Veo que sabes quién es el número uno. –Sentí como mis ojos se oscurecían por la ira. Pero no debería matarlo. O eso continuaba repitiéndome.

- Sólo lánzala. –Casi le gruñí. Sonrió de nuevo y luego lanzó la piedra lo más fuerte que pudo. Llegó a varios kilómetros de distancia. Por suerte había calculado bien la extensión de bosque como para que no matara a ningún humano. Sonrió, claramente satisfecho con su lanzamiento.

- Tu turno. –Me indicó con esa sonrisa de suficiencia mientras palmeaba sus manos quitándose el polvo. Tomé la piedra marcada como “2” y la lancé en la misma dirección, lo más fuerte que pude.

- Bien. Ahora busquémoslas. –Le dije una vez que vi que mi tiro era mejor que el suyo.

Comenzamos a correr de nuevo, adentrándonos más y más en el bosque. Cada vez todo se volvía más oscuro y frondoso, claro que eso no nos dificultaba en absoluto seguir la trayectoria de las rocas que habíamos trazado en nuestras mentes. Varios kilómetros más adelante, cuando creímos llegar al trozo de bosque en el que era posible se hallaran, hablamos de nuevo.

- Separémonos un poco, tú ve unos diez metros más allá. –Me dijo sin dejar de correr. Detesté obedecerlo, pero era una buena idea. Varios cientos de metros después, me topé con lo que buscábamos y paré de correr.

- ¡Hey! –Lo llamé. Frenó y volteó hacia mí.- Encontré la mía.

Se acercó a paso casi humano mientras yo me agachaba para recoger un pedazo de roca.

- No creí que la hubieras arrojado tan cerca. Que desilusión. –Me sonrió. Esta vez, le devolví la sonrisa, una malévola y calculadora.

- ¿Ah, si? Pues creo que tú tampoco llegaste tan lejos. –Le contesté arrojándole a las manos el trozo de piedra que había levantado. Tenía grabado un “1”. Lo miró por unos segundos y luego prestó atención al montón de rocas que había en el piso. Al parecer, la mía había caído sobre la suya, y ambas se habían destrozado con el golpe.

- Esto no prueba nada. –Levanté una ceja. Ahora seguro me decía que todas las rocas tenían tallados números.- Seguro lo hiciste mientras no te miraba.

- ¿Disculpa? –le dije indignada y levantando la voz.

- Si, no te preocupes, te disculpo. Pero debemos hacerlo de nuevo, muñequita. Esta vez te tendré vigilada. No quiero que hagas trampa otra vez.

Esa fue la gota que derramó el vaso. Si me quería provocar, definitivamente lo había logrado. Que me llamara tramposa no era de las cosas que pensaba soportar.

- Mira, niñito de crecimiento exagerado. No se quien te crees que eres, pero a mi nadie, repito: nadie, me llama tramposa. Puedo ser muchas cosas, pero el hecho de que no puedas aceptar que te ganó una “muñequita”, no quiere decir que yo deje que hagas trampa pidiendo que lo hagamos de nuevo.

Me le había acercado, y reforzaba mis palabras golpeando su pecho con el dedo índice mientras las decía. Se rió de nuevo y tiró la cabeza hacia atrás.

- Lo que digas, pero hiciste trampa.

- ¡No! –Mi grito retumbó por entre los árboles y toda mi visión se tornó roja. Emmett saltó hacia atrás como si hubiera sido impulsado por la onda expansiva de una explosión. También escuché como la roca de detrás de mí se quebraba ligeramente por la descarga de poder.

Me quedé helada. ¿Acaso lo había alejado sin tocarlo? ¿Cómo rayos podía hacer eso? Que yo supiera no existía ningún poder para mover cosas a voluntad. Sacudí la cabeza e intenté aclarar la vista para ver a dónde había ido a parar.

Se había estampado contra un árbol enorme, ocasionando que se sacudiera por el impacto. Por primera vez, la sonrisa se borró de su cara. Probablemente por el dolor del golpe, pero no tardó en volver. ¿Qué rayos era lo que le parecía tan gracioso?.

Se incorporó y estiró la espalda hacia atrás, haciendo que su columna crujiera y se acomodara.

- Eso no es justo, no sabía que tuvieras un poder. ¿Cómo rayos hiciste eso? –me preguntó divertido, como si yo lo supiera. Me encogí de hombros y no dejé de mirarlo con furia.

- Más vale que te quedes alejado. -Le advertí.

- Ni lo pienses, preciosura. –Replicó sonriendo de nuevo y acercándose a paso lento.

- Te lo advierto. –Lo amenacé. Se siguió acercando como si nada. Cambié de posición a una de ataque, plantando bien los pies en el piso.

- Te doy dos segundos para que te alejes.

- ¿O qué? –Levanté una ceja, incrédula de que tuviera tan poco instinto de auto conservación.

- O vamos a lamentar la pérdida de los árboles contra los que chocarás.

Se acercó mucho más rápido de lo que creí que fuera posible y me tomó de las muñecas, pegándolas a mi cadera y levantándome en vilo, para inmovilizarme las manos y estamparme contra la enorme roca que tenía detrás.

- Sabes, no creo que lo hagas. –Intenté zafar las manos- No creo que quieras que me aleje.

Le gruñí. Estaba mucho más cerca de lo que cualquiera se hubiera atrevido con una neófita, pero mi cabeza estaba mucho más alta que la suya, ya que seguía sosteniéndome contra la roca para inmovilizarme.

- ¿Y que rayos te hace pensar eso?

- Vamos, Mer… es obvio lo mucho que te atraigo.

Abrí los ojos como platos.

- Así que ahora sí te acuerdas de mi nombre…

- Si, y se que tu recuerdas el mío. –Agregó muy seguro de sí mismo- Haz estado fantaseando conmigo desde que llegué a la fiesta. Y eso no me lo niegas.

Por fin aflojó lo suficiente su agarre como para que pudiera zafar mis manos, pero hacerlo fue una mala idea. En cuanto las saqué sus dedos se pegaron a mi cadera, justo en la línea en que acababa mi blusa y comenzaba mi falda. El tipo sabía lo que hacía. En lugar de alejarlo, pasé mis manos por encima de sus hombros y las apoyé a los lados de su cuello.

Cuando estuvo seguro que no lo estamparía contra nada, se pegó completamente a mi cuerpo y me bajó lento y constante para que quedara a su altura, al tiempo que dejaba que sus manos se deslizaran por mi piel hasta llegar a mi cintura. Se escurrían con mucha seguridad por debajo de mi blusa, haciendo que me estremeciera.

Sentí como se pegaba más contra mí mientras su boca chocaba contra la mía, ruda y sin cuidado. Quizás fuera parte de los cambios de humor, pero era cierto que había estado fantaseando con él desde que lo vi por primera vez, y ahora todo lo que quería era que me tomara, justo ahí y ahora.

Mis pies tocaron el suelo mientras él se doblaba un poco para pegar su boca a mi cuello. Me estremecí cuando su aliento rozó mi oído al soltar una pequeña risa muda y sentí como una de sus manos subía por mi muslo, levantando mi falta con ella. Casi por reflejo, flexioné mi pierna para pegarla al costado de su cadera. Eso pareció gustarle. Se aplastó más contra mí, y sentí cómo la piedra en la que nos apoyábamos se quebraba de nuevo. Si seguíamos así, destrozaríamos todo el bosque.

Cuando volvió a mi boca, su lengua se mezclo con la mía como experta y provocó que gimiera contra sus labios. Gruñó de la forma más excitante posible y su mano continuó subiendo por mi pierna hasta llegar al comienzo de mi ropa interior. La arrancó desde el elástico mientras su otra mano se aferraba a mi cabello, haciendo que arqueara la espala y pegara mis pechos al suyo, que me seguía presionando contra la roca.

Bajé una mano lentamente por su pecho, tanteando sus músculos grandes y definidos a través de la tela, y deleitándome con su marcado abdomen. Bajé más, esperando tantear si estaba provocándolo por encima de la tela, pero para mi sorpresa, ya no había tela. Me quedé helada cuando sentí la piel de su dureza en mi mano, con su cadera estratégicamente colocada para que no la notara contra las mías.

Subí la vista hasta sus ojos, como cuestionándolo.

- ¡Sorpresa! –Sonó como una mezcla entre un susurro entrecortado y un grito desesperado. Volvió a besarme y de nuevo sentí su mano en mi pierna, esta vez bajando hasta toparse con mi tobillo. Me agarró de él, flexionando todavía más mi pierna y apretándola contra sí mismo y entró en mí sin otro aviso que lo que acababa de decir.

Fue increíblemente rudo, casi rozando en lo violento cuando se impulsó para que no pudiera negarme a recibirlo. Un gemido casi estruendoso se me escapó desde lo más hondo del pecho, y me estremecí cuando comenzó a moverse contra mí una y otra vez. Rápido, certero, hábil.

Sólo habían pasado unos segundos desde que habíamos estado discutiendo, así que la excitación no había alcanzado a humedecerme completamente. Y eso hizo que lo sintiera áspero y brusco contra mi piel. La fricción provocó más calor del que pensé podría en dos seres sin temperatura. Y la sensación me envolvió, llevándome a la luna con cada embestida.

Sabía justo en qué punto torcerse para entrar lo más profundo posible, y en qué punto restregar su piel contra la mía mientras lo hacía. Mi otra pierna subió sin que se lo ordenara y ambas se enredaron detrás de su espalda.

Sus embestidas hacían que chocara contra la roca una y otra vez, el ruido atronador definitivamente hubiera alterado a cualquier humano. Noté cómo su mano se apoyaba en la piedra, justo a un lado de mi cabeza, y poco después vi sus dedos clavarse en ella como si fuera mantequilla, usándola para impulsarse con más fuerza.

Aumentó el ritmo cuando mi mano bajó por mi torso para desabotonar mi blusa, y dejar al descubierto mis pechos, que ahora saltaban frenéticos por sus movimientos. No tardó en bajar su boca a ellos, lamiendo y mordiendo mis pezones de vez en cuando. Su lengua jugaba con ellos, alternando entre uno y otra. Y la adoré la sensación. Sentí su boca subir hasta mi clavícula, sin despegarse ni un momento de mi piel.

- Em…mett… -Solté cuando el ritmo hizo que no pudiera respirar correctamente, como si lo necesitara. Sentí el aire golpeando mi cuello y la sonrisa de sus labios contra mi piel.

- Te dije… que lo… recordabas. –¡Rayos! Tragó saliva y se puso serio por primera vez desde que había entrado a la casa- Y te juro que nunca dejaré que lo olvides.

Mientras hablaba, comenzó a chocar contra mí con más fuerza, marcando cada embestida más profunda y lentamente. Sus palabras me enloquecieron. Moví mi cadera, restregándola contra la suya más rápido, sintiendo como se aproximaba el clímax. Me quedé quieta cuando la primera oleada de placer me embargó, dejándome sin habla y sin aliento. Era muy bueno, y lo sabía.

Apoyó su frente contra la roca, entre su mano y mi cabeza mientras bajaba aún más el ritmo, golpeando sus caderas contra las mías y penetrándome aún con la misma intensidad. Sentí como comenzaba a venirse al momento en que me apretaba a su alrededor. El orgasmo me desesperó y mis uñas se clavaron en su espalda, provocando que su gemido por el éxtasis se mezclara con un quejido de dolor, que por alguna razón me excitó increíblemente.

Se quedó quieto apretándome con mucha fuerza contra la roca, y luego de unos segundos se relajó, al tiempo que mis músculos lograban destrabarse.

Tenía razón, jamás olvidaría algo tan salvaje y desesperado. Me mordí el labio y alejó su cara para mirarme. De pronto me parecía increíblemente tierno y su sonrisa amplia no me enojó en lo más mínimo. Sólo provocó que sonriera como una tonta, satisfecha sexualmente y totalmente relajada, por primera vez desde que tenía memoria.

5 comentarios:

Gaby Black dijo...

Acabaron con medio bosque ese par de trogloditas jajajajajajaja!!!!

Bueno mi Mer mejor regalo de cumpleaños que ese jamas mi amor...

Natyyyyyyyy me dejaste con Alec y James a punto de comerme =S Malucula jajajajajajaja.

Te amo...

Unknown dijo...

GUAU!! Naty para no tener memoria creo que me las apañé bastante bien jajaja. El mejor regalo sin duda, la guinda de mi pastel jejeje. Besotes miles y mil gracias por tan expléndido y fornido regalo.

Tini Black dijo...

ace kalor akii o soii iio?

Naty me gusto muchizimo
eres genial en esto

Mer a de ver kedado fazinada
ii Emmet me encanto

LiiQaanLu dijo...

woww ke kalorr!! jajajja... kreo ke mer lo disfruto al maximo, me gusto muchisimo emmeth.. es genial el humor y todo lo que hace jaja... y luego kuando de dice . no ke no te akordabas de mi nombree jajaja.. fue mui gracisoo... siiguee asii naty... nos leemos prontoo kuidatee ,,BESOSS =D

Robin dijo...

OMJ!! comenzo a hacer calor x aqui? xD Mer como hiciste esas cosas con emmet? O.o hahahahaha excelente como siempre mi naty hermosaaa...te adoro